Tomamos conciencia del propio estado de ánimo.
Descubrimos otras formas de comportarse.
Encontramos opciones para elegir el entorno.
Aumentamos y mejoramos recursos de comunicación.
Reconocemos nuestras carencias para poder evaluarlas, cambiarlas o ampliarlas.
Mejoramos y ayudamos a mejorar nuestro comportamiento y el de otras personas en nuestro entorno (egoísmo, grosería, competitividad, crueldad, sumisión, impaciencia, etc).