Las malas compañías son todas aquéllas que desvían a nuestros hijos de lo que entendemos es el «buen camino»
Cuando era pequeño nos decían «no aceptes caramelos de desconocidos, que son droga». Salía de mi colegio realmente atemorizado por eso. Las malas compañías suelen tener un caldo de cultivo bastante genérico: en el colegio, en el instituto, en las discotecas, en los gimnasios, en todas partes. ¿Qué hacer? Veamos.