En las últimas semanas me habéis pedido cómo reorientar vuestra carrera laboral. Algunos lo hacen desde el desempleo y otros trabajando. Hoy nos vamos a centrar en estos últimos, en los que, teniendo un trabajo, queréis mejorar por la razón que sea.
¿Verdad que no podrías ser cirujano si caes en redondo al ver lo más parecido a la sangre? Pues si lo tienes tan claro con esto, ¿puedes trabajar en una empresa que te absorbe 24 / 7 si tu principio fundamental es la familia? Déjate de excusas y empieza por definir tus principios, aquellos que te guían hacia la felicidad.
Para poder identificarlos, puedes hacer el siguiente ejercicio y enviármelo.
Encuentra tus principios
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El psicólogo húngaro Mihály Csíkszentmihályi señaló que la felicidad se encuentra en aquello que hacemos que no es ni demasiado difícil como para sentirnos atónitos ni demasiado fácil como para aburrirnos. Cuando hacemos esa tarea nos sentimos bien…a ese estado le llamó el flujo, porque fluimos como peces en el agua.
A continuación, lo que quieres es identificar todas aquellas tareas que te hacen sentir ese flujo. Se te dan bien pero no son aburridas, porque requieren de tu esfuerzo y el tiempo se te pasa volando. Toma lápiz y papel…¡¡a escribir se ha dicho!!
Lo que acabas de hacer es describir primero las lentes con las que debes observar el mundo y tus acciones para ser feliz (tus principios). Una vez hecho esto, has descrito qué te hace feliz y que a priori se te da bien, el flujo.
Ahora debemos empezar a imaginar qué tipo de empleos cumplen ambas condiciones. No de digas «¡¡vamos, eso es imposible!!», sino más bien «¿cómo lo voy a conseguir?
Precisamente para eso estoy yo, para acompañarte y que lo puedas conseguir. Recuerdo casos como el de María, que quería escribir sobre las emociones y aún recuerdo su sonrisa cuando creó su primer taller sobre algo tan importante como las emociones. Eugenia quería dedicarse al comercio a gran escala…¡y ahí está feliz entre almacenes logísticos y atendiendo clientes! Si ellas pudieron, ¿por qué no tú?